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La Denominación de Origen de Alicante fue creada en 1957, aunque la gran tradición vinícola de la zona  ya fue reconocida en 1932. La Denominación se divide geográficamente en dos zonas, la Ribera del Vinalopó y La Marina, que se incorpora en 1987.

El área del Vinalopó está formada por la comarcas del Alto, Medio y Bajo Vinalopó, se trata de la zona de mayor extensión, recibe muy pocas lluvias y destaca el cultivo de la variedad tinto Monastrell, aunque podemos encontrar más variedades.

La Marina, de menor extensión, se ubica en la zona norte de la provincia, la altitud media es de 600 metros y presenta un clima cálido pero húmedo (13-21º C). Destacan los vinos blancos y el cultivo de la variedad Moscatel.

Los vinos de Alicante están marcados con el sello del Mediterráneo, las características naturales de nuestra provincia son excelentes para el cultivo de la vid, y fruto de ello son los excelentes caldos que se producen en esta región. Los factores que determinan el carácter de nuestros vinos son:

  • Elevada temperatura.
  • Aprox. 2.500 horas de insolación. 
  • Escasez de lluvias (300-500 mm/año). 
  • Menor altitud y distancia del mar. 

Aunque evidentemente estos factores naturales no son los únicos que han moldeado el carácter del vino alicantino, los agricultores acertaron en la utilización de conocimientos técnicos con el objetivo de acercase a los gustos del consumidor, del mismo modo, las bodegas aceptaron el reto de adaptarse a los cambios, renovando procesos, infraestructuras,... 

Los vinos tintos se caracterizan por ser potentes, sabrosos y equilibrados en boca, al envejecer en barrica se transforman en vinos más complejos y profundos.

Los vinos blancos se caracterizan por ser brillantes con tonos oro, son vinos jóvenes con ligeros toques afrutados.

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Mención aparte requiere el Fondillón, un vino único y especial, reconocido como uno de los cinco vinos de lujo por la UE. 

Se produce a partir de una "madre" elaborada con uvas Monastrell durante un mínimo de 10 años. Este proceso tradicional se realiza en toneles de roble con levaduras auctóctonas. El Fondillón posee matices  ambar y color teja a medida que envejece. Aromas potentes con notas tostadas, en boca presenta un ligero toque dulce.

Este exquisito caldo, recomendado para postres y a peritivos, cuenta con la "Denominación Real" fruto del gran prestigio adquirido en el siglo XI, fue objeto de deseo de Reyes y clérigos en el Renacimiento, y más recientemente ha sido elogiado por escritores como Shakespeare, Alejandro Dumas o Dostoiesky. 

"vino centenario, su sabor es dulce, sin empalago; por su densidad empaña el cristal; huele a vieja caoba." Azorín

Se trata de un vino "luchador" pues consiguió salvar la temible filoxera que arrasó las viñas europeas, si bien no ocurrió lo mismo con el paso del tiempo y el olvido. En los años cincuenta Primitivo Quiles decidió recuperar la producción del Fondillón, y posteriormente Salvador Poveda, con un tonel de 1871, consiguió profundizar y expandir la producción de este fantástico vino.


Si quieres saber más sobre el Fondillón puedes ver: El secreto del Fondillón
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